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En la Parte Vieja de Donosti, muy cerca del Boulevard y de La Bretxa, se encuentra la Plaza de Sarriegui, que recibe este nombre en homenaje al famoso compositor donostiarra Raimundo Sarriegui, que vivió entre los años 1838 y 1913.
Raimundo Sarriegui creó obras que alcanzaron una gran fama en su época, pero sin duda ha pasado la historia por ser el creador del Marcha de San Sebastián y las otras piezas que se interpretan el Donosti Eguna: Tatiago, Iryarena…
En la plaza hay un busto en su memoria, custodiado por una preciosa escultura de un tamborrero, ataviado con un traje militar. A su lado, escrita sobre piedra, se encuentra la letra de la Marcha de San Sebastián, creada por Serafín Baroja. Si no te la sabes, el 20 de enero puedes darte una vuelta para aprendértela… La Plaza Sarriegui está en lo Viejo y seguro que encuentras alguna tamborrada para ensayar la canción.
Músico de gran vocación, Sarriegui fue uno de los mayores representantes de la Belle Epoque donostiarra, a la que puso banda sonora con sus piezas musicales. Ningún músico supo captar mejor que él el espíritu y forma de ser de los donostiarras. Lo supo trasladar con gran maestría a sus canciones y los donostiarras las acogieron con entusiasmo, incorporándolas a su vida.
Hablamos de la segunda parte del siglo XIX, en la época del derribo de las murallas y el ensanche de la ciudad. Sin duda, unos años clave para el desarrollo de la ciudad.
Sarriegui compuso la Marcha de San Sebastián con tan solo 23 años, en 1861, y fue declarada como oficial por el Ayuntamiento en 1861. En un principio la idea de Sarriegui fue crear una Marcha al Santo Sebastián, pero la canción gustó tanto que enseguida Donosti se la apropió para hacer de ella una de sus señas de identidad. La ciudad de Donostia ya tenía su himno, que con el paso del tiempo fue cogiendo forma al incorporar las letras de Serafín Baroja.
Desde entonces, cada 20 de enero, miles de donostiarras entonamos las composiciones de Sarriegui y las tocamos con nuestros tambores, barriles, o cualquier cosa que tengamos entre manos. Todo vale para cantar la Marcha de San Sebastián y el resto de canciones. Es nuestro día.
Antiguamente esta Plaza recibía el nombre de “Plaza de las escuelas”, pero en 1931 el Ayuntamiento de Donostia cambió su nombre para que la figura de Raimundo Sarriegui permaneciera para siempre en la memoria de los donostiarras.
A lo largo de su historia la Plaza Sarriegui ha sufrido diferentes remodelaciones, teniendo en la actualidad este aspecto. Una plaza diáfana, con unos bonitos bancos compuestos por mosaicos, para disfrutar de la plaza, imaginando cualquier día del año, los acordes de la Marcha de San Sebastián.
Bagera!
Gu ere bai
Gu beti pozez, beti alai!
Sebastian bat bada zeruan
Donosti bat bakarra munduan
Hura da santua ta hau da herria
Horra zer dan gure Donostia!
Irutxuloko, Gaztelupeko
Joxemaritar zahar eta gazte (bis)
Kalerik kale danborra joaz
Umore ona zabaltzen hor dijoaz,
Joxemari!
Gaurtandik gerora penak zokora
Festara! Dantzara!
Donostiarrai oihu egitera gatoz
Pozaldiz!
Inauteriak datoz!
Bagera!
Gu ere bai
Gu beti pozez, beti alai!