La ciudad de San Sebastián ha dado un importante paso en el camino de afianzarse como destino gastronómico de calidad dentro del sector turístico. Lo hace lanzando “El Instituto del Pintxo donostiarra”, una iniciativa cuyo objetivo es proteger, impulsar y difundir “el pintxo” uno de los mayores tesoros de nuestra cultura gastronómica.
La presentación de este instrumento se ha realizado en un gran escenario, como lo es la feria internacional de turismo “FITUR”, celebrada entre los días 23 y 27 de enero en el recinto Ifema de Madrid. El acto se ha celebrado en el stand de Basque Country. Hasta allí se han desplazado, entre otros, el concejal de turismo de Donosti Ernesto Gasco para dar a conocer “El Instituto del pintxo donostiarra”, que ha sido elaborado por prestigiosos profesionales del sector de la gastronomía y la cultura.
Este “instituto del pintxo” consiste en un decálogo de cualidades y características que un pintxo debe cumplir para ser considerado como un pintxo donostiarra de label o de alta calidad. Son ideas que afectan tanto al producto como al establecimiento, entendiendo el “ir de pintxos” como una experiencia gastronómica y cultural completa. Veámos que 10 cualidades tiene que tener un buen pintxo:
1-Hecho en casa: un pintxo debe elaborarse en la propia cocina del bar o restaurante. Prohibido traerlo prefabricado de otros lugares o empresas y calentarlo en el microondas antes de presentarlo al cliente… Cada cocinero debe aportar su experiencia y buen hacer para elaborar su mejor creación culinaria.
2-Identidad propia: Muchos bares de Donosti tienen un “pintxo marca de la casa”. Ése que le ha hecho famoso en toda la ciudad o en guías turísticas. Este decálogo anima a seguir elaborando ese pintxo, como elemento diferenciador de la competencia, pero sin dejar de innovar.
3-Comerse en 2 ó 3 bocados: La esencia del pintxo es ser una pequeña creación culinaria. Se debe comer en dos o tres mordiscos y que toda la mezcla se sabores conquiste tu paladar al momento. La norma no escrita dice que hay que comer el pintxo de pie y cogiéndolo directamente de la barra.
4-Valorizar el producto y reconocer al productor: El pintxo debe ser el reflejo del paisaje local. Por ello, debe ser elaborado con productos de proximidad y frescos. Los bares deben ser honestos cuando informan sobre la procedencia del producto y reconocer la labor del productor.
5-Frescura en barra y reposición contínua: Cuando vamos de pintxos esperamos encontrarnos con creaciones culinarias frescas, que entren por los ojos. Tienes que estar recién hechos y en una constante rotación, sin dejar sobre la barra los que más tiempo lleven sin consumir. Que parezca que se han hecho para nosotros.
6-Establecimiento acogedor e impecable con personal atento e informado: De poco sirve comer un buen pintxo, si el “envoltorio” no es satisfactorio. Limpieza, atención amable, rapidez en el servicio, seguridad alimenticia…son los ingredientes que deben completar una experiencia gastronómica satisfactoria.
7-Información clara y accesible: El listado de pintxos y sus precios debe estar bien visible para que el cliente elija un producto adecuado a su presupuesto y sin llevarse sorpresas a la hora de recibir la cuenta. La transparencia es vital para que nos llevemos una buena imagen de un bar de pintxos y queramos repetir la visita.
8-Tradición en el formato del servicio: Desde siempre el pintxo se ha comido de pie, junto a la barra y eligiendo uno a uno el producto. Observar, estirar la mano y coger el pintxo. El decálogo anima a los bares a mantener esta tradición evitando la entrega de un plato al cliente para que lo rellene con los pinchos. El pintxo se debe cobrar una vez finalizado su consumo.
9-Ruta entre establecimientos: El consumo de pintxos históricamente se ha relacionado con la tradición de ir de poteo: ir de bar en bar realizando varias consumiciones. En este sentido, se anima a colaborar entre bares recomendando otros establecimientos para ir de ruta de pintxos.
10-Convivencia y cultura local: El bar o establecimiento debe ser un reflejo de la vida y cultura local. El uso del euskera por parte de los camareros es vital para que los visitantes se sientan en Donosti, y los donostiarras puedan hablar en este idioma. Se resalta la necesidad de fomentar la convivencia con los vecinos respetando los horarios de apertura y cierre.
Como has podido comprobar este decálogo del pintxo donostiarra es sencillo de llevar a cabo por los restaurantes, y fácil de interpretar por las personas que visitan Donostia. Ahora, los turistas tendrán más herramientas para detectar en qué establecimientos ser sirven buenos pintxos y dónde lo están haciendo “a la donostiarra”. Como marcan las tradiciones y como siempre lo hemos hecho en San Sebastián.
No cabe duda que la gastronomía y los pintxos son uno de los grandes atractivos de San Sebastián y desde las instituciones han querido establecer unas pautas para mantener la alta calidad de los pintxos. Que la llegada del turismo, y más en estos tiempos de gran crecimiento, no sirva para que los bares se aprovechen de ciertas prácticas que dejen mal sabor de boca a los clientes. La experiencia gastronómica de “ir de pintxos por Donosti” debe ser completa.
Desde el Hotel Monte Ulia aplaudimos esta iniciativa, de la que saldrán ganando tanto los donostiarras como los turistas que nos visiten.
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